Desde que, en 1997, decidiera poner en marcha el proyecto que lleva su nombre, “El Mono” siempre ha tenido muy presente que de poco sirve mezclar músicas de diferentes latitudes si no se comprenden las constantes culturales que las hacen posibles. Referencia ineludible del mestizaje con denominación de origen Barcelona, ha vivido lo que ha viajado hasta convertirse en uno de los creadores más internacionalmente reconocidos de España.
Y no cabe duda de que su nuevo álbum, “Ingravitto” (Mundo Zurdo-EMI 06), es la recompensa a su apuesta por el intercambio como fuente de conocimiento, la meta de ese camino que –ya lo dijo el poeta- se hace al andar, la prueba fehaciente de que él ya ha encontrado lo que otros buscan. “Ingravitto” intercala textos en francés, inglés, portugués, italiano y castellano invitando a quien lo escuche a participar de un estado que se define por “la necesidad de observarse adentro desde fuera y mirar afuera desde dentro, de conectarse para actuar y de desconectarse para soñar”. Cinco lenguas, una por cada continente.
Celebrado por la crítica de medio mundo, el doble “Entre raíces y antenas” (Mundo Zurdo-Capitol, 04), ya ha pasado a la historia como uno de los discos más ambiciosos jamás publicados en España. Pasaporte para una gira que le ha llevado a actuar en directo en México, Brasil, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Alemania, Portugal, Italia, Japón y Taiwán , transformó a Macaco en un artista de artistas. Una hoja de servicios encabeza por sus dos primeros largos, “El mono en el ojo del tigre” (Edel, 99) y “Rumbo submarino” (Edel, 01), producciones y mezclas comisionadas por David Byrne para Los de Abajo y King Changó y cameos en las bandas sonoras de “Amnesia” (Grabiele Salvatore, 02). Grabado en la recoleta atmósfera de “El Murmullo”, un estudio doméstico no sometido a la tiranía del reloj, masterizado por Chris Athens en el neoyorquino Sterling Sound (The Roots, Mos Def, Erykah Badu y un largo etcétera), y producido en compañía de Jules Bikôkô y Roger “Ferrero” Rodes, parte de la certeza de que un grano, bien separado de la paja, puede hacer montaña. Ahí están el ventilador de “Con la mano levantá”, la estrofa de Muchachito Bombo Infierno en “Crece La Voz” y, con la colaboración del dos pesados de la escena carioca –el grupo de percusión Nacâo Zumbi y el exPlanet Hemp B- Negào-, la euforia funkadélica de “Brasil 3.000”. No son los únicos featurings de altura: el rapper italiano Caparezza enciende “Las Luces de la Ciudad”, Ms Maiko pone el acento canario a la divertidísima “Como el Agua Calé” y Lamari (Chambao) amanece en esa pequeña maravilla de la electrorgánica que es “Somos Luz”.