Sorprende la solidez de la propuesta de estos zarauztarras que parecen llevar interiorizada esa elegancia y esa bella placidez que tradicionalmente se asocia a su villa. Incidiendo en los sonidos tranquilos americanos, cada vez más parecen integrar también con sutileza una cierta tradición del cantautor vasco. El grupo sabe crear con su peculiar sonido un ambiente especial, recogido, balsámico con momentos más intensos y rítmicos, sin renunciar nunca a su raíz folkie.