Incluso en unos tiempos, éstos, en que electrónicas de todo pelaje campan a sus anchas, el rock sigue siendo un campo expresivo de primer orden. David Rodríguez, voz cantante de Beef, lo sabe bien. El grupo brota en Sant Feliu de Llobregat, ciudad del extrarradio barcelonés, a partir del humus creado por el cadáver de Bach Is Dead, con Joy Division, Sonic Youth y The Fall como referencias más claras. Desde 1992 hasta la actualidad, David, que compagina su proyecto titular con otros como Telefilme (junto a Tito Pintado, de Penelope Trip), ha procurado expandir la paleta de sabores de lo que generalmente se entiende como "rock", sazonándolo con todo tipo de ingredientes periféricos: del pop rarito al guitar-noise pasado de vueltas, sin olvidar ¡cómo no!, algo de electrónica. Un sentido del humor entre surrealista y atorrante es la guinda que acaba de perfilar la particular idiosincrasia de una banda que se defiende mejor en disco que sobre las tablas. ¿Quién se acuerda a estas alturas del indie-pop?
Chikilicuatres indies auténticos patas negras. Lo mejor de Barcelona.